Carta para mi hija
CUÍDAME MUCHO
Estoy a tu lado, me abrazas la pierna, te miras al espejo y suspiras:
“mamita, cuídame mucho”.
Me arrodillo y, mejilla con mejilla, nos reflejamos juntas.
El espejo nos devuelve nuestra realidad: tu y yo fundidas en un abrazo…
y lo observamos orgullosas.
Si…. te quiero cuidar….
En las noches que te desvelas porque necesitas otro bibe,
y en las que te despiertas asustada suplicándome ayuda.
En las que inquieta no concilias el sueño
y me necesitas para que te de seguridad.
Y te voy a cuidar….
Escucharé tus necesidades,
cuando me dices que tu tripita está “llenada de comida”
y acepto que ese es tu tope, sin obligarte a nada.
Y te voy a cuidar….
Estando cerca de ti tanto en la algarabía como en el dolor.
Y sobre todo… en los enfados.
Me tendrás siempre a tu lado esperando que la tormenta amaine,
mientras te susurro que estar enfadada es lícito y es pasajero.
Y viviéndolo juntas sé que te estoy ayudando a madurar emocionalmente.
Y te voy a cuidar…
Dándote siempre amor, mucho amor. Despertándote a diario con besitos.
Y si estás “muerta de cansada”
te ayudaré dándote la alternativa de siesta porque ahora no podemos seguir durmiendo.
Porque para mí lo más importante es atenderte como persona:
escucharte, atenderte y amarte.
Y estoy viviendo que todo el amor y cuidado que te estoy dando me lo devuelves con creces.
Te preocupas por mí cuando te hago partícipe de mis dolencias, me ofreces tu ayuda si me ves en dificultad.
Y me emociona cuando espontáneamente me abrazas y me dices:
“amatxu, te quiero”.
(Texto escrito por Leyre Aguilera)