El masaje infantil o la experiencia del tacto nutridor

El masaje infantil es una tradición oriental que a través del tacto nos ofrece la posibilidad de mejorar:
- El vínculo, o la relación de seguridad y confianza que existe entre quien ofrece el masaje y su bebé.
- La estimulación, ya que en la piel existen múltiples terminaciones nerviosas que se activan durante el masaje.
- La relajación, porque los adultos ejercemos de modelo para transmitir el estado de relajación a los bebés y los favorecemos mediante movimientos específicos (los movimientos hindúes).
- La gestión emocional. Durante el masaje favorecemos el espacio en el que el bebé puede liberar las tensiones acumuladas, ofrecemos apoyo y contención en su emoción (que él solo no puede transitar).
- Además, a través de los movimientos específicos podemos aliviar el malestar producido por cólicos y gases.
El tacto es el primer sentido en desarrollarse dentro del útero y es el último en desaparecer antes de morir. Los estudios indican que el sentido del tacto se desarrolla en la etapa entre las 6 y 9 semanas de gestación. Es el órgano más grande y la primera y más importante conexión con el mundo cuando esa persona que es nuestr@ hij@ todavía no habla pero sí se expresa.
Cuando definimos el masaje infantil como tacto nutridor hacemos referencia a que es una oportunidad única para convertirnos en expertos de nuestr@ propi@ hij@, ya que durante el masaje establecemos el ambiente idóneo para escuchar, entender y atender las necesidades que nos transmiten los bebés; al comprender su llanto podemos darles una respuesta de amor y aceptación incondicional de sus propias necesidades.
Por esto decimos que no es un masaje que se utilice como terapia frente al dolor, pero sí nos ayudará a mitigar el sufrimiento.
Y cuando cumpla un año, ¿en qué queda todo esto?
Los movimientos que aprendemos en este curso están adaptados al desarrollo evolutivo de los niñ@s images3durante este primer año de vida. A medida que nuestro hij@ va creciendo, podremos ir adaptando los movimientos y ajustándolos a las diferentes etapas.
En definitiva, a través del tacto crearemos un nuevo canal de comunicación que le permitirá al niñ@ expresar y compartir aquellas situaciones que le generen malestar y nos permitirá a los padres y madres ofrecer el consuelo y apoyo necesarios para ayudarles y sentirse acompañados en esa situación.