Escucha corporal

¿Sueles escuchar a tu cuerpo habitualmente? ¿Y si lo haces en este mismo instante? ¿Qué te dice? Estamos ensimismados en nuestra mente, en la incesante búsqueda de lograr lo que deseamos y aunque nuestro cuerpo nos habla constantemente no siempre escuchamos y otras muchas otras que, si lo hacemos, no le entendemos.
Compartirás conmigo que nuestro cuerpo es la herramienta con la que lograr los resultados que deseamos, que no hay otra manera reconocida de vivir y accionar en el mundo que no sea a través de tu cuerpo.
Resulta paradójico entonces que olvidemos el cuerpo con la intención de lograr resultados cuando este es el único medio para alcanzarlos. La propuesta es la inversa, aprendemos a escuchar en profundidad, ya que nos ayudará a entendernos mejor y a guiar nuestras decisiones, hablo de convertirlo en un buen aliado para que nos guíe en cualquier asunto, desde el más nimio a nuestra misión de vida.
Algunas personas ya lo hacen, dicen, “Tengo una corazonada” y se dejan llevar por ella.
Si damos relevancia a la sabiduría de nuestro cuerpo y lo consideramos como información útil, los mensajes serán cada vez más claros, se convertirán en información relevante, un aliado más que interesante, tú mismo/a.
Podemos apreciar varios niveles de escucha.
Oír vs Escuchar.
Como un regalo de nuestros más ancestrales orígenes, tu cuerpo cuenta con los mecanismos básicos de supervivencia para que atiendas las demandas fisiológicas, hambre, sed. También dispones del placer y el dolor para que te alejes o acerques a lo que primariamente es bueno. Todas ellas son señales fuertes y claras, que pueden funcionar inteligencia o como una sirena de emergencia ante un incendio, que cuando las escuchas, ya está siendo tarde.
Estas señales no son voluntarias aunque hay una parte que si lo es, el ajuste de intensidad de tu escucha. ¿Cómo sería cuidarte a ti mismo/a escuchado lo sutil? ¿beber al menor indicio de sed o incluso antes de tenerla para mantenerte hidratado/a? ¿Qué beneficio te puede aportar atender la tensión muscular en su mínima expresión? Si le encuentras beneficio, ¿qué necesitas aprender para vivir así?
La escucha corporal es la manera de vivir cuidándote, sin embargo, algunas personas han desarrollado sordera corporal, conviven con el dolor sin atenderlo. Otras enmudecen las señales con medicamentos. Si eres una de esas personas te pregunto, ¿cuál será el coste a la larga de estos hábitos?, ¿es este el camino de encontrar la felicidad a largo plazo que estás buscando?
Tu cuerpo emocional.
Estrechamente relacionado con lo anterior, aunque en un plano algo distinto, tenemos todo el interesante mundo psicosomático, nuestros pensamientos influyen en nuestro cuerpo y viceversa, ¿brotan tus lágrimas cuando estas muy triste? ¿sonríes cuando estas alegre? Los pensamientos conviven interactuando con las emociones, entendernos emocionalmente es otro lugar de escucha muy efectiva.
Emoción viene etimológicamente de “mover”, podríamos decir que emoción es “lo que te mueve”. Cada emoción nos abre algunas posibilidades y nos cierra otras, nuestro cuerpo se predispone para un tipo de movimiento concreto y no para otros. Es por esto mismo que podemos reconocer en nuestra la predisposición a que movimiento una manera más precisa que con nuestra mente, que acostumbra a estar enredada en pensamientos y a engañarnos.
¿Has visto a una persona enfadada que no quiere reconocerlo? De la misma manera que lo puedes observar en una persona sus gestos, su velocidad de movimientos, su rubor, tensión muscular, respiración, etc., puedes observarte a ti y entenderte mejor que solo con la mente.
Escuchar nuestro cuerpo a este nivel puede ser una importantísima fuente de información y si se sabe cómo hacerlo es, además, un lugar de intervención altamente efectivo para cambiar a otro estado mental, mucho más que el típico control o tapón emocional.
Repito, cada pensamiento impactará en el cuerpo y viceversa, aunque en ocasiones nos decimos mentalmente cosas que no logramos accionar, por eso observa… ¿dispones de la corporalidad adecuada para lo que pretendes lograr? Si no es así, ¿qué puedes hacer para conseguirla? Algunos ejemplos ¿Quieres ser paciente pero tu cuerpo es acción, nervios, tensión muscular, velocidad, etc? O del revés ¿quieres acción y estas en quietud, músculos relajados, respiración profunda? Una predisposición corporal adecuada para una respuesta adecuada.
Mi propuesta es entrenar, que te escuches una y otra vez en cada situación emocional y que reproduzcas de forma cuidadosa y progresiva esa predisposición corporal que necesitas en situaciones que quieras cambiar. Quizás comenzar con situaciones de baja intensidad para luego poder hacerlo con cualquier ante cualquier situación que se te presente.
Escuchar más allá.
A otro nivel distinto tenemos la intuición y si sus diferentes formas de presentarse. La intuición para mí también un fenómeno corporal, tu cuerpo tiene millones de receptores que, si los escuchas y entrenas, te ofrecerán más información del entorno, de lo que está ocurriendo de una forma difícilmente explicable y a la vez muy útil.
¿Crees en tu poder de intuición? Yo creo que todas las personas tienen esa capacidad, aunque más o menos desarrollada, más o menos escuchada y entrenada, que todas las personas han sentido ese “saber algo” y no saber cómo lo saben.
Este fenómeno, lo utilizamos muy efectivamente en algunas disciplinas como el coaching sistémico, la Teoría U y otras actividades que, si no lo has conocido aún, te recomiendo que vengas a vivirlo. Rebajando el nivel mental, la interpretación, la “historia” en beneficio de otras escuchas, incluida la corporal, se obtiene información muy relevante al servicio de lo que se busca tanto a nivel individual como grupal.
Concluyendo
En la medida que vamos aprendiendo a escuchar al nivel que sea los mensajes sutiles del cuerpo y vayamos aprendiendo su idioma, este nos aportará un campo de interacción distinto al habitual, muy poderoso.
Un entendernos distinto, para un actuar diferente y así lograr los resultados de una forma efectiva y sostenible contigo mismo/a.
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