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Norgara

Experiencias de adolescentes

Grupos de desarrollo personal, emocional y social

Para conocer una realidad tenemos dos opciones; acercarnos teóricamente, de manera más neutral y objetiva o desde la práctica, que suele ser más subjetiva pero también más cercana.

Como la parte más teórica puede estar relativamente cubierta en la explicación de los grupos, qué mejor manera que pedir a algunos participantes a compartir su experiencia.

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Esta fue la invitación lanzada a los adolescentes que participan en los grupos de desarrollo personal, emocional y social:

Si tuvieras que explicarle a otro adolescente qué hacemos en este grupo, ¿qué le dirías?

Y estas fueron sus respuestas:

“Cuando nos juntamos en grupo hacemos varias cosas; Explicamos cómo nos encontramos ese día y si necesitamos ayuda con algo, lo pedimos. Conocemos a otras personas, les ayudamos y aprendemos de ellas. Hacemos también ejercicios diferentes, para conocernos mejor. Si tenemos alguna dificultad aprendemos para ver cómo podemos superarla. Nos los pasamos bien juntos, siempre estamos riéndonos.

En resumen, nos lo pasamos bien, nos relacionamos con otras personas, nos ayudamos mutuamente, aprendiendo de los demás, ayudándoles y aprendiendo cómo superar nuestras dificultades. Porque, al fin y al cabo, lo que aquí pasa, aquí se queda”.  

A, 16 años (versión traducida de la original).

Estos talleres me ayudan mucho y me resultan muy interesantes. A través de algunas dinámicas trabajamos nuestras emociones, sensaciones, sentimientos, vivencias,… nos sirven para conocerlas, darnos cuenta de que están y aprender a vivir con ellas. Para mí, ha sido muy importante algo que he aprendido aquí; los sentimientos no se pueden esconder, reprobar o hacer como si no estuvieran, porque luego, vuelven como si fueran un boomerang y con más fuerza que si los hubiéramos expresado. Los tenemos que aceptar. Los podemos dejar ser y si podemos, expresarlos. Además, también me ha ayudado mucho aprender de mis compañeros/as, de su forma de ser, de sus virtudes, sus defectos, compartir reflexiones sobre sus dificultades… se pueden aprender muchas cosas y he aprendido mucho. Y además de todo esto, es una buena oportunidad para reírnos y divertirnos. Recuerdo muy buenos momentos”. 

P, 15 años. (Versión traducida de la original).

 

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